¿Por qué y cómo usar un modelo de factura?

¿Por qué usar un modelo de factura? Muy sencillo: con un modelo de factura juegas siempre sobre seguro cuando tengas que emitir una factura.

Te ahorras tiempo, porque los requisitos normativos y obligatorios ya los tienes (puedes consultarlos en nuestra página de modelos de factura).

Por lo que es práctico: no has de temer que has olvidado alguna información importante, por lo que el riesgo de equivocarte es menor.

Autónomo trabajando con un modelo de factura.

Sólo se trata de adaptar tu modelo de factura

No tienes que quebrarte la cabeza para nada. Puedes cambiar el modelo de factura a tu gusto: por ejemplo, puedes introducir el logo de tu negocio, y así le das un toque más personal.

La serie numérica puedes adaptarla a tus necesidades: una serie alfanumérica o diferentes series para distinguir el tipo de actividad.

Recuerda que la función de un modelo es adaptarlo a tus necesidades, y no al revés.

Cómo guardar un modelo de factura

La Ley General Tributaria, en sus artículos 66-70, dice que el plazo de prescripción de un impuesto es de cuatro años.

Esto quiere decir que has de guardar tus facturas (tanto las emitidas como las recibidas) al menos durante ese tiempo.

No obstante, en caso de requerimientos, el plazo se puede ampliar hasta dos años más. Conclusión: guarda tus facturas al menos durante seis años.

Para no complicarte, lo mejor es que las guardas según el año fiscal, por el nombre del cliente y en archivo PDF.

Esto lo puedes hacer perfectamente con un modelo de factura de Excel y Word haciendo clic sobre “Archivo”, luego “Guardar como”. Ahí eliges el tipo de archivo o extensión (.PDF) y el nombre del cliente (por ejemplo, “fulano.pdf”).

Así mantendrás no sólo un orden contable racional, sino que también las tendrás a mano en caso de una inspección de Hacienda.